Estudio de la U. de Santiago revisa cuatro décadas de labor periodística y su transformación en Chile

Entre los resultados, el equipo de investigadores liderado por el Dr. Antoine Faure, estableció que la frecuencia de publicaciones aumenta con el ciberperiodismo, y que la producción de las notas se organiza en torno a la actualización de éstas. En esa línea “la noticia, como producto esencial de la profesión, se está transformando”, indicó el académico.

Mediante archivos de prensa escrita, digital e impresa; de televisión; y entrevistas a periodistas que trabajaron en distintos medios durante las décadas de los ochenta, noventa y dos mil, el proyecto Fondecyt “Historia de las temporalidades periodísticas chilenas (1973-2013): otra mirada sobre la dimensión política del periodismo profesional” analizó los cambios que sufrió esta labor en Chile.

El trabajo liderado por el jefe de la carrera diurna de Periodismo, Dr. Antoine Faure, sigue la línea de investigación de su tesis de doctorado, donde revisó las prácticas periodísticas desde 1970 a 1973.

En ese estudio se concluye que en el año 72 existe una aceleración de la crisis política que repercute en el periodismo nacional y lo orienta hacia el flujo de noticias por sobre el trabajo de selección y jerarquización del material noticioso. La hipótesis actual plantea que, luego de la interrupción al Gobierno de Allende, existe una continuidad de ese actuar, pero con condiciones de pluralismo diferentes.

Entre sus principales resultados, se establece que la frecuencia de publicación aumenta con la llegada del ciberperiodismo, y que la producción de las notas se organiza en torno a la actualización de éstas.  Así, no se trata de instalar temas en la agenda pública, sino de reproducir la información para mantener la expectación de los lectores.

“La noticia como producto esencial de la profesión se está transformando. Se sedimenta (deja rastros) y aparecen otros productos, que son notas en curso, que se elaboran ya no por rutina sino por repetición e imitación. Estoy cuestionando que podamos seguir hablando de noticias, porque su racionalidad está desapareciendo. Estamos frente a fragmentos de noticia”, remarcó el Dr. Faure.

Igualmente, se observa en el estudio que la obsolescencia de las noticias es más rápida en la prensa digital, a diferencia de noticieros, televisión y la prensa impresa entre 1973 y 2013 donde “la vida de las noticias” tiende a aumentar.

Por otra parte, se observa que en los diarios la cantidad de notas se reduce y su tamaño aumenta, mientras que la cantidad y el tamaño disminuyen en los noticieros televisivos. Sin embargo, los medios tradicionales concentran y centralizan la autoridad periodística, lo que se aprecia en la orientación de estas notas hacia el pasado y mantienen su función de instalar temáticas en la agenda pública.

Particularmente, “los periódicos siguen teniendo la autoridad del campo; en ese sentido hay casos que siguen funcionando, pero en paralelo hay una especie de competencia de la prensa digital que está desorganizando, en cierta medida, el proceso de producción de las noticias y, precisamente, es eso que me parece importante cuestionar para replantear los saberes que tenemos de este oficio”, sostuvo Faure.

En este escenario, la investigación concluye que en el periodo estudiado “la temporalidad periodística se ‘des’ institucionaliza, el proceso de producción de las noticias se ‘des’ integra y la temporalidad de la urgencia se consolida como norma en el sistema mediático”.

Relevancia de la investigación

El Dr. en Ciencias Políticas explicó que, dada la velocidad de la sociedad contemporánea, además, de la introducción y uso masivo de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, este trabajo permite analizar “cómo el rol del periodismo ha cambiado, mientras que sus resultados dan elementos profundos de comprensión de la crisis que vive el oficio y de las fuertes críticas que ha recibido”, discrepancias que se cristalizan, a su entender, durante la cobertura de la revuelta social de octubre de 2019 y el tratamiento informativo de la actual crisis sanitaria.

Pese a estos cuestionamientos, el investigador de la Escuela de Periodismo del Plantel opinó que los medios masivos contribuyen al proceso democrático, pero que hay demasiados límites para su ejercicio. “Hoy, hace falta tener una buena discusión sobre qué es lo que las y los practicantes del periodismo profesional, la sociedad civil y los grupos minoritarios invisibilizados quieren y necesitan para que este trabajo de información, que siempre tuvo lugar desde distintas miradas, sea más cercano a las coordenadas actuales”.

El cierre de este proyecto, así como otros que se vieron afectados por la crisis social y sanitaria del país, fue prorrogado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) extendiendo el plazo de cierre por cinco meses. El equipo liderado por el Dr. Faure, que había comenzado la investigación en 2017, concluyó el proceso hace algunos días con la entrega de la documentación a la agencia gubernamental.

Autor: 
Claudio Cortés
Fotografía: 
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